5. Las Fuertes

Filomena Nacacio

FN: Yo nací en el Estado de México, en un ranchito que, en un rancho muy, este, alejado de la población. Eso es, un rancho ahí fue donde nací. Estuve ahí por unos ocho años. Este, yo me crié entre, fui huérfana también de papa, nada más viví con mi mamá. Yo tenía la edad de tres meses cuando este me quede huérfana entonces nada más vivimos con mi mamá mi mamá también nada más tuvo tres, dos, mujeres y un varón. Y pues esa fue nuestra, nuestra vida ahí empezamos a este, mi mamá fue una persona muy luchadora, que gracias a Dios yo creo que ella nos enseñó hacer fuertes, luchadoras, y este, porque a pesar de que toda la gente por vivir en un, en un lugar muy muy, este, lejos de la población, pero mi papa gracias a Dios cuando este dejó un terreno y mi mamá ahí vivió siempre con nosotros ella cultivaba ahí. Tenía de todo, tenía, de todo, gallinas, puercos, chivos, burros, después vacas, y sembraban el maíz. Y cosechaba, ella sembraba amaranto, maicena. Este, frijol de todos los colores y sabores. Y lo único que pues no podía sembrar ahí era cosas como que necesitaban como el arroz o el trigo porque ese no se da muy bien ahí pero mi mamá sembraba hasta café y eso bueno. Todo teníamos gracias a Dios. No teníamos dinero, crecimos descalzos con poca ropa porque no, no lo había pues, pero gracias a Dios mi mamá la comida segura la teníamos. Segura. Porque ella era una mujer muy trabajadora. Y nos enseñó a trabajar y eso. Yo era muy muy niña todavía cuando este, estuve … yo me acuerdo cuando llegó una persona yo pienso que yo tendría por ahí como, porque, como algunos seis años, algo así. Este llegó una persona y le dijo a mi mamá porque mi mamá sembraba algún tipo de maíz que los, este 25 días de sembrado ya había elotes. Era una semilla muy ligera. Rapidito crecía y daba su fruto y era la primerita que tenía. Y van estas personas, esta señora y le dice a mi mamá, mi mamá se llamaba Ruth. Y dice, señora Ruth yo vengo que me venda unas este camaguas unas mazorcas ya para … Y mi mama me mandó a mí. Y yo fui, y las, las llevé a casa y la señora me empezó a curiosear ahí. A partir de eso yo me enfermé. Estuve mucho, y yo la veía esta señora, había veces que me jalaba hasta la puerta por allá. Me arrastraba así. Ya cuando y despertaba llorando y mi mamá me recogía de allá de la puerta porque este quien sabe cómo llegaba yo haya, pero esto era una, pero jugaba conmigo la mujer. Me hacia cosquillas, me hacia reír, y yo pues en mi sueño no podía reírme, no podía dormir. Y eso de que no podía dormir yo me enfermé. Entonces optó mi mamá por sacarme de esa casa y llevarme con uno de sus hermanos. Entonces ya ahí ya este, empecé yo a vivir con esta familia. Y esta familia fue la que me llevó, me empezó a llevar a la iglesia evangélica. Con esta, con los hermanos, el hermano de mi mamá. Y allí fue donde yo aprendí que gracias a Dios, le doy muchas gracias a Dios, porque creo que ahí fue donde yo conocí la palabra de Dios ahí fue donde yo empecé a leer, porque yo no fui a la escuela. Pero por medio de la iglesia yo aprendí a leer la biblia y aprendí a escribir mi nombre. Y si escribo, no sé como este, que nombre lleva una letra mayúscula o cositas así, cosas. Pero de todas maneras si yo escribo yo le entiendo a lo que estoy escribiendo. Bueno y así fue mi vida y mi niñez. Ya como a partir de como 10 años ya me fui al districto federal, a México a trabajar como empleada con una, con unas familias. Pero este, como a los…yo tenía como 15 años me salí de con esa familia y me fui a trabajar con una, con unos doctores. Y ya llegue a trabajar allí como cocinera. Y, y así fue ya después me casé, tuve a mis hijos y ya ahí va mi vida. 

Filomena Nacacio Youtube Interview

Diño Filomena was interviewed at her church.

EF: Ahí se quedó ya en el distrito. 

FN: Ahí me quedé en el distrito federal. Pero ya de ahí me fui otra vez al campo, al rancho porque él papa de mis hijos era de una provincia también. Y ya este vive un tiempo por allá. Pero ya después me regresé otra vez a México y ya estando en México él se fue de la casa y nos quedamos con los niños ahí en México, y yo me quede con ellos. Y ahí fue donde yo seguí trabajando gracias a Dios. Y en el ‘85 cuando fue el terremoto fuerte en México, me salí del distrito federal porque ya, este, mi niño el mayor ya iba a cursar el sexto grado y la escuela donde él le estaba estudiando, donde ellos estaban estudiando se dañó entonces ya no podían tener clases. Entonces el me dijo “Mamá yo, este no quiero perder el año, ¿Qué podemos hacer?” dice. Yo quiero … porque viera que el desde la edad de como de cinco años el empezó a ayudarme a trabajar en la máquina.

Sí, apenas, sí sentaba así de puntitas. Nomás se recargaba tantito así en el, y sus piecitos, en el pedal de la máquina y trabajé y trabajé. Y él se desvelaba, y decía “Mamá, yo quiero trabajar,” decía. “Para ayudarte.” Y pues estos otros estaban más chiquitos. Bueno como él ya era el más grandecito ya veía las necesidades de la casa, ¿no? Entonces, él este, y dice pero yo no quiero perder mi año para que yo pueda ayudarte. Y yo, y ahora ¿qué hacemos? Entonces tenía yo una tía, allá en México, que tenía una casa en Cuernavaca. Y dije yo, pues nos vamos a Cuernavaca. Dije, allá yo creo ha de estar todas la escuelas bien. Pensé yo. No sí ya este, mandé a mi hijo al más grandecito le digo “Ve y ya háblale,” ah, porque yo siempre casi trabajaba las 24 horas. Pues no me la van a creer, pero, fueron 20 años que casi trabajé las 24 horas. Eran horitas las que dormía. 

Siempre estaba pegada ahí en la máquina. Siempre. El niño más grandecito era el que, hacía los desayunos. Este más chiquito era el que barría, y tendía las camas. El otro, el del medio era el que lavaba los trastes. Y yo desde que me levantaba a la máquina. ¿Porque sabes a como me pagaban a mí? Una blusa, un, a 10 centavos. ¡10 centavos! Imagínense, para hacer yo 1,000 dólares, 1,000 pesos. O 100, por decirlo así. ¡Cuando! 10 centavos mexicanos. Y la prenda cédula tenía que ir cosida, planchada, con ojales, sus botones, y en una bolsa. Ya nada mas para el almacén. Por 10 centavos. ¡Imagínese que abuso! Ay no, que barbaridad. Era un trabajo, pero trabajo. Mis niños se levantaban a las cinco de la mañana antes de irse a, a la escuela. Se subían arriba porque yo tenía unas mesas grandes, como esta, donde ponía yo mis cortes de maquila. Pues, ellos, este, se subían arriba de esa mesa para poder alcanzar a etiquetar las prendas que yo tenía que ir a entregar. En todo ellos, yo le doy tantas gracias a Dios porque en todo me ayudaron. Crecieron juntamente conmigo. Yo, pues yo siento que todavía, me hacía falta, mucha este. Aprendí mucho de ellos. Y creo que hicimos una bonita familia que a mi nunca se me olvidara. 

Doña Filomena’s home.

EF: Claro. ¿Que la motivó a venir a Ohio? 

FN: Cuando, mi hijo el del medio, estuvo, el estudio contaduría. Entonces, este, a él le pedían 30 mil pesos para su, su titulación. Pues dije yo, ¿de dónde se los voy a dar? Y él ya estaba para salir. O sea ya le hacía falta como un año o dos años. Algo hacía, le hacía falta para… el politécnico. Entonces, él ya estaba por salir de ahí y yo no tenía dinero para pagarle esa. Entonces lo que hice que fue lo que me motivó más para venir. Porque yo, yo desde antes yo ya le había dicho a mi mamá que quería venir, pero ella me decía “Mira hija, si te vas,” dice, “ya no me vas a encontrar,” dice. Y yo ya no hice mucho interés por venirme. Pero este, mi mamá murió, y al año de que ella murió fue cuando yo tome la decisión de venirme. Y, ya este, estando aquí, pues, este, mi hijo terminó su, su estudio. Pero como estábamos tan acostumbrados de estar siempre unidos, pues él se vino para acá y ya no arregló bien lo de su titulo. O sea, sí terminó pero no le dieron su cédula. Apenas, ahora que ya, este lo deportaron, ya la arregló. Ya la tiene. Ya primero Dios, ya va empezar a trabajar. 

EF: ¿Cuál es una de las primeras memorias que tiene usted de Ohio cuando llegó? ¿En qué época llegó, por ejemplo?  

FN: Yo llegué, en este, yo me vine el 7 de marzo del ‘99. Llegué a Chicago como el 14. Estuve allí unos días, este, tratando de encontrar un trabajo. No lo encontré. Pues me dijeron que en este estado, posiblemente, este podría encontrar yo el trabajo. Porque ve que, este, en Chicago hay mas este … Hay más gente latina. Y bueno, y pues están mas este saturados [las ciudades]. Entonces este estuve allá el 28 de marzo llegué a este lugar como a las dos de la mañana como a las tres de la tarde empecé a trabajar … fácil ese mismo día llegué yo aquí a como las dos de la mañana y luego la persona con que yo vine le habló a una persona que el conocía que trabajaba en un restaurant, en el Ryan’s que ustedes han de conocer … que a esa compañía bueno había una aquí por Vandalia y allí fue en donde me fui a trabajar. Trabaje allí un año, y trabajé allí y en una fábrica de este donde se lavan ropa de hospitales y todas esas cosas. Bueno, trabajé por un año en los dos trabajos porque dejé deudas en México. Tenía que mandarle a mis niños a darles. Estaban estudiando los dos. Pero ya después ya dejé de trabajar … Cuando ya cerraron el Ryan’s entonces yo ya pasé a trabajar en el Olive Garden que hasta ahorita ando trabajando. Ya llegó mis años allí.

Doña Filomena was a seamstress in Mexico. She is also a wonderful cook. She brought us tamales the day we interviewed her.

EF: ¿Cuál fue su primera impresión de Ohio después de estar por primera vez en Chicago que es una ciudad grande, muy llena, y luego venir aquí a Dayton? ¿Cuál fue su primera impresión?

FN: De que no, no había latinos parece que los primeros latinos que llegamos nosotros aquí, por eso la gente que ahora ya está viviendo aquí porque somos contaditos los primeros que estuvimos aquí porque para ir a traer tortillas nos hacíamos un día … fíjese que llegamos de que nos pagaban nuestro cheque y nos íbamos a cobrar el cheque por allá, a este, a Dayton. Y de por allá tomábamos el camión para ir a traer tortillas porque a nosotros no nos acostumbramos comer como pan. Un día pasamos a un restaurant no me acuerdo cual era pero me van dando el pan ese como el que venden ahorita como el que da este con harto ajo, y ay yo como, me lo iba a comer. No, no, no pues no sabíamos cómo pedir comida … Sí, no sabíamos nada. Entonces teníamos que hacer todo un día para ir a traer la comida, por allá por River Creek. Hasta allá fuimos a traerlo y si no nos tocaba andar en el camión y ya ves que el camión siempre tiene sus horarios, no es como en México. En México a la hora que usted pasa ya a la venida pasa un pesero pasa otro camión y pasa otro taxi y aquí nada. Eso fue a lo que no podíamos … yo no podía entender eso. Bueno, pues esa era la manera de ir a traer nuestras comidas. 

EF: Muy bien. ¿Cuál ha sido el momento más feliz de vivir aquí?

FN: Pues, para mí el momento más feliz de vivir en este país es de que Dios me haiga dado la oportunidad de tener a mis 3 hijos aquí conmigo. De que ellos haigan disfrutado, porque cuando yo este, cuando ellos todavía no estaban aquí, créame que en el Ryan’s que fue mi primer trabajo donde yo llegué a trabajar, este yo me sentaba a comer y, o me tomaba este por lo menos un vaso de leche o … Y no me lo podía pasar. Porque yo pensaba y decía, bueno yo, aquí hay comida bastante y mis hijos tal vez tengan hambre. Pero, bueno eso pasó, y cuando ellos llegaron aquí, gracias a Dios pudieron este, disfrutar porque yo siempre les, inculqué que lo primero … Para mí el dinero como que no es un todo. Es un medio se supervivencia, pero, pero, creo que no es toda la felicidad. Y yo les decía, hijos cuando ustedes tengan hambre, si no tienen para ahorrar, no ahorren pero coman. Coman que es lo único que uno se lleva, lo que uno disfruta en la vida. Porque, ¿qué se lleva uno cuando se va? Nada, ¿verdad? 

EF: Nada. 

FN: Todo se queda aquí. Todo lo que, yo siempre les he dicho a ellos, a mis hijos les digo, “Mijos, disfruten lo que Dios les da en el momento. Disfrútenlo.” Porque eso es lo que, este, debemos de agradecerle a Dios, de disfrutar lo que él nos da él nos mandó a este mundo para disfrutar y gozar de lo que él puso. Porque todo lo que hay, y lo que tienes en tus manos no es tuyo. Es prestado. Aunque tú digas “yo lo compré” sí tú lo compraste, pero si Dios no quiere que tú lo disfrutes no lo vas a disfrutar. Primero dale gracias a Dios de que Dios te lo ha dado, Dios lo a puesto en tus manos. Cuídalo y disfrútalo. Es mi manera de pensar. 

EF: Sí. Gracias. Usted ya tiene más de 10 años aquí en Ohio, ¿Qué tradiciones de su país ha tratado de mantener? ¿Qué cosas sigue, tal vez fiestas, tal vez celebraciones?

FN: Bueno, celebraciones, este, el fin del año, los cumpleaños, los reyes que … Yo no fui muy, este, ¿como le diré? Yo acepto que a los niños se le inculqué eso de los reyes porque es algo que usted no puede, no puede quitar en el momento. Porque es una creencia de que, no se les puede quitar a los niños. Pero yo nunca acepté, y nunca lo he aceptado que se les engañe de esa manera. Yo a mis hijos, nunca … Ellos estaban ilusionados con los reyes, y les decía, “Miren hijos, la Reyna aquí soy yo.” Así de que ustedes no esperen a otra Reyna. Cuando yo tenga las cosas se las voy a comprar. Si yo tengo el dinero, los voy a comprar. Y es algo que a mí me gustaba y que ellos lo entendieron desde muy niños. Porque, yo me acuerdo, que este, puesto que parece nada pero el hecho de que uno les hable con la verdad y que ellos lo empiecen a asimilar de esa manera, no vamos a tener problemas … El 16 de septiembre siempre lo celebramos aquí juntamente con … se, se hace la comida, hacemos tamales, atoles, antojitos Mexicanos que siempre estamos haciendo aquí en la iglesia. Y este, convivimos aquí un rato … y visitarnos como familia con toda la gente Latina, que nos conocemos. 

EF: Usted umm, ha tenido algunos trabajos aquí en Ohio. ¿Cuál de esos trabajos ha sido su favorito? 

FN: Pues le voy a decir, que he experimentado desde que yo llegué de México a este país, cuatro trabajos. Que fue, el restaurant, la lavandería esa donde le dije, y trabajé un tiempo en una maquiladora de costura. Pero, me puse enferma un tiempo y me salí de ahí. Ya no, trabajé como un año también allí pero no trabajé mucho. Y creo que donde este me he enfocado más, es en la, en el restaurant. Me gusta mucho la cocina, disfruto lo que hago. Trabajo con, con amor, como si fuera para mi la comida. 

EF: ¿Y tiene buenos compañeros de trabajo, me supongo?

FN: Pues, gracias a Dios, hay de todo. Pero cuando uno piensa y dice, y uno ya está este, como le diré … Uno acepta a la gente, cual tal es. Ya no es trabajo vivir con ella. Hay que … Si le hacen un gesto o le contestan mal, o le hacen algo, ya dice usted ni modo, de todas maneras no va a pasar nada y vamos a seguir trabajando aquí. ¿Para qué me enojo? ¿Verdad? No tiene chiste. Y, y creo que disfruta uno más el trabajo, así que haciéndose la vida pesada uno mismo. Yo siempre le pido a Dios que todos estén bien y que trabajen con ánimo, con gusto. Porque cuando luego ya llego y saludo “¡Hola buenas tardes!, ¿Cómo están?” Todos, buenas tardes. Bueno hay qué empezar a ver qué es lo que hacemos hoy este día. Y hay que trabajar unidos. Es mi manera de, hay que trabajar unidos. Y ya les hago la pregunta este, si algo les falta, o algo necesitan, díganme, háblenme. Y bueno y a que ponernos de acuerdo nada más. Y sí. 

¿Qué significa Ohio para usted? 

Significa algo muy importante en
mi persona porque me ha sacado adelante. Gracias a Dios. Y, he tenido oportunidad de ayudar a
las personas que nos buscan,
y también me han ayudado.

EF: ¿Ah, qué significa Ohio para usted? 

FN: ¿Cómo le diré? Significa algo muy importante en mi persona porque me ha sacado … Me ha sacado adelante. Gracias a Dios. Y, he tenido oportunidad de ayudar a las personas que nos buscan, y también me han ayudado. Pienso que es una gente muy generosa. No podemos generalizar que todo mundo es igual. Pero es como le digo, no se puede generalizar, a, inclusive los de una propia casa nada más. Cada quien es diferente. Nada más es aceptarlos. Y para mi es un lugar, bellos, bonito, y creo que hay gente, tanto gente generosa como no la hay también. Pero, pues hay de todo. 

EF: ¿Qué mensaje les daría usted a nuevos inmigrantes a este estado? 

FN: Bueno, yo les diría, que si vienen a este estado que lo que deben de hacer es nada más seguir las normas del gobierno. Porque donde quiera que estemos creo que siempre va regir un gobierno. Y esas leyes hay que respetarlas. Porque yo creo que bien dijo este, Jesucristo cuando le preguntaron de lo que se debía de dar, dijo “Enséñenme esa moneda.” Y dice, “Dar a Dios lo que es de Dios, y a Cesar lo que es de Cesar.” El gobierno tiene su lugar y Dios tiene su lugar. Pero también hay un gobierno el cual tiene que ser respetado. Porque si no ¡imagínese como estuviéramos! Es difícil, y yo admiro, admiro de veras, que, aunque los, los gobiernos tengan sus defectos aun así, yo los admiro. Porque es una gran responsabilidad. A mí se me hizo difícil educar a tres. Imagínese, educar a un país. Es difícil. Imposible. Hay que hacer. Y yo cuando hay selecciones siempre digo hay que orar para el gobierno. Hay que orar, porque la verdad es que, es una gran responsabilidad. No podemos culpar nada más el gobierno. Porque también nosotros los ciudadanos compartimos tantito con lo feo que se pone en el, en el país. Entonces, no nada más es el gobierno. Tenemos parte los ciudadanos. Hay que educarnos nosotros los ciudadanos para que también, saber respetar el gobierno. Eso es lo que yo le recomendaría a nuevas personas que vengan aquí. Que se pongan en línea con el gobierno. Y que trabajen. Y yo creo que el mundo es para todos. 

EF: ¿Ah, por último, que mensaje le gustaría darle a sus hijos, o a sus nietos en el futuro acerca de la vida?

 

FN: Que siempre vean la vida positivamente. Me gustaría que mis hijos siempre llevaran eso en mente y que les pusieran a sus hijos en buen camino. Que siempre les dieran esa regla de seguir un camino recto. No curvas. Porque las curvas es cuando uno se desbalancea y se va al barranco. Pero si uno va derechito todo está bien. Si no queremos amargarnos nuestras vida hay que ir por un buen camino. Por un camino recto. Y si queremos tener una vida con curvas, altas y bajas, pues las vamos a tener porque así las vamos a [tener]. Ese es el camino que nosotros vamos a hacer. Pero si nosotros, yo creo que cuando uno sigue … Viéndolo bien cuando uno sigue y quisiera que mis hijos y mis nietos, toda la generación, no nada más los míos, todos. 

Porque para mí, yo cuando veo una gente Latina, no sabe, el, el, el corazón se me hace grande. Siento que toda la gente entra y cabe, toda la gente. Porque, yo creo que en ser este, una sola generación, una sola generación, todos merecemos una buena vida. Lo que pasa es que muchas veces, no todos pensamos igual. Y es en la forma en que lo que uno piensa es lo que vive. Y yo quisiera que toda la gente, pensara positivamente. Y primero, primero más que todo, que se agarren de la mano de Dios. Yo no se si toda la gente quiere ser cristiana, o toda la gente crea en Dios como creo yo. Pero la verdad es que no hay otro camino. No hay nada mejor que eso

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